Ayer, miércoles, con un día espectacular y muy soleado que compensaba la baja temperatura que marcaba el termómetro, el paseo con los compañeros del Navi fue por la sin par Pedriza, siempre esperándonos y siempre distinta con los colores con que se adorna.
El paseo, circular, comenzó y terminó en el parking de “La Rana”.
El Manzanares bajaba pletórico de agua y ruído,
Y nada más cruzarlo enlazamos, unos metros adelante, con el PR que nos llevaría, a nuestra izquierda, en continua ascensión hasta el collado del Cabrón, permitiendo, según ganábamos altura, disfrutar con las vistas nevadas de la cuerda larga y los roquedos que circundan dicho collado,
Tras un pequeño refrigerio, coronado el collado, nos dirigimos desde allí a una zona aledaña que tenía muchas ganas de visitar, pues hacía ya más de una decena larga de años que no la pisaba, el “cancho de los muertos”,
Una vez cumplido el placer de pisar relajadamente esta zona, sin el agobio de senderistas que en otras zonas de la Pedriza se respira, emprendimos la bajada por el único sendero existente, un poco camuflado en el paisaje, un tanto descarnado en parte de su recorrido y con escasas o ninguna marca más allá del suelo pisado, pero disfrutando de las vistas que a nuestro alrededor toda la Pedriza nos deparaba,
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